Diversas organizaciones sociales de Guatemala rindieron homenaje este martes en la embajada de España en el país centroamericano por las 38 víctimas mortales de la masacre acontecida hace 43 años.
«La quema de la embajada española nos dejó mucho dolor en el corazón pero hoy debemos rendir honor a la memoria de los fallecidos», declaró en sus redes sociales Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, cuyo padre falleció durante la masacre junto a decenas de campesinos y algunos funcionarios.
Por su parte, integrantes del Comité de Unidad Campesina (CUC) realizaron un homenaje a las víctimas en el centro de la Ciudad de Guatemala a las afueras de la antigua embajada de España, en el marco del 43 aniversario.
El 31 de enero de 1980, las fuerzas de seguridad del régimen guatemalteco, dirigido por el general Fernando Romeo Lucas García, asaltaron la embajada después de que fuera ocupada por campesinos y estudiantes que denunciaban la represión militar, en medio del conflicto armado interno (1960-1996).
La Policía prendió fuego a las instalaciones y en el asalto murieron 37 personas, por lo que España rompió las relaciones diplomáticas con Guatemala en 1980 hasta 1984.
Los funcionarios fallecidos fueron Jaime Ruiz del Árbol, Felipe Sáenz Martínez, Mary Molina de Barillas, Myriam Rodríguez Urrutia, Lucrecia Rivas de Anelu, Adela Mena Aceituno y María Cristina Melgar.
Únicamente sobrevivieron el embajador español Máximo Cajal, quien consiguió escapar del sitio, y uno de los manifestantes, Gregorio Yujá Xoná, llevado a un hospital. Allí fue secuestrado y asesinado para convertirse en la víctima 38 del siniestro.
En 2015, un juzgado de alto impacto de Guatemala condenó como culpable de ordenar y planificar el asalto a la embajada al exjefe policial Pedro García Arredondo, siendo el único de los responsables que ha sido procesado.