Representantes del Gobierno de Guatemala hicieron un llamado al mundo de tomar conciencia sobre los efectos negativos en el medio ambiente del cambio climático y tomar las medidas respectivas para mitigar estos efectos.
La vulnerabilidad climática de Guatemala y la necesidad urgente de apoyo y acceso a fuentes de financiamiento fueron los temas expuestos por el ministro Gerson Barrios Garrido, durante su intervención en el segmento ministerial de alto nivel de la 27 Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
El ministro se pronunció frente a representantes de al menos 190 países, y resaltó que Guatemala es un país megadiverso, incluido en la lista de 20 naciones que resguardan el 70 por ciento de la diversidad biológica del planeta, y que cuenta con un exitoso modelo de conservación de bosques.
“Mi país ha sido identificado como uno de las 15 naciones más vulnerables al cambio climático en el mundo, pero solo contribuye con el 0.07 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero”, destacó Barrios Garrido.
El funcionario también citó que, según el informe nacional de la Secretaria General de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), así como estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Banco Interamericano de Desarrollo y Banco Mundial, las pérdidas económicas de Guatemala, ocasionadas por fenómenos hidrometeorológicos suman US$1,320.1 millones de 2010 al 2019, obligando a centrar los recursos económicos en la recuperación y reconstrucción de infraestructura.
“Requerimos de manera urgente del apoyo y acceso a fuentes de financiamiento climático internacionales, ágiles y efectivas, que permitan incrementar la implementación de acciones de mitigación y adaptación, con el fin de reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia de la población al cambio climático”, arguyó el ministro de Ambiente.
Barrios Garrido reiteró a las Naciones Unidas y a la CMNUCC, la petición para que reconozcan la alta vulnerabilidad de América Latina y el Caribe, y se les declare como una de las regiones más afectadas en el mundo por los efectos del cambio climático.